Tan cerca aunque esté tan lejos


Era más sencillo imaginar un ambiente de alegría y dicha de lo que hoy viven los fanáticos venezolanos. El viernes 11 de octubre fue un día que cualquiera quisiera borrar de su vida, aunque en la historia del fútbol venezolano esos días que no se querrán recordar jamás... sobran.

El proceso eliminatorio para el Mundial 2014 comenzó inmediatamente al término del año 2010, ya se conocía la sede y que Brasil no formaría parte de las eliminatorias, inclusive la FIFA mantendría los cuatro boletos y medio para Sudamérica. Era cuestión de dar todo por el objetivo.

Desde finales de los 90s, la FVF (Federación venezolana de fútbol), se planteó el crear un proyecto de trabajo el cual llevara a Venezuela a su primer campeonato del mundo, y principalmente trascender. El tema llegó a tomar importancia porque en la misma década Bolivia clasificó a su primer mundial, de la mano de su actual entrenador Xabier Azkargorta, lo que haría que los venezolanos fuesen los únicos en no haber clasificado a la cita mundialista.

La Vinotinto empezó a construir sus cimientos. El entrenador, ya fallecido José Pastoriza, de nacionalidad argentina, trajo una idea que a los federativos les fascinó, y aunque parezca muy simple jugar al fútbol es más complejo de lo que muchos piensan... Jugar al fútbol era la idea.

Pastoriza propuso que, debido al bajo nivel de los jugadores venezolanos en ese entonces y en comparación con los jugadores de los otros países de Sudamérica, la selección vinotinto debía jugar con un estilo al que llamaban ‘brasileño’ en aquel entonces. Lo más importante era tocar la pelota, mantener la posesión, asociarse con los compañeros y tratar de llegar al arco para intentar marcar.

Ya con la idea propuesta, era turno de Richard Páez; sus conocimientos médicos no lo trajeron al cargo de entrenador pero si su gran pasión por el deporte y su deseo de trascender. Para comienzos del siglo XXI, Venezuela tenía a una modesta pero talentosa selección de jugadores. Los logros de Páez hicieron más fuertes las bases de La Vinotinto, la idea de juego ya estaba establecida pero el aspecto mental fue básico y el trabajo del actual DT de Mineros de Guayana.

El 14 de agosto de 2001, en el Pachencho Romero de Maracaibo, Venezuela venció 2-0 a Uruguay y comenzó una racha de victorias históricas de las cuales fueron cuatro triunfos consecutivos; ésto originó que muchos creyeran que el milagro estaba cerca; pero no fue así ,Richard Páez no logró la meta de llevar a Venezuela a un Mundial.

Llegó la era Farías, y con ella la renovación de la esperanza; a pesar que Venezuela no clasificó al Mundial de Sudáfrica los directivos decidieron mantenerlo en el cargo. El pueblo venezolano decidió seguir apoyando a La Vinotinto... Finalmente la afición creció.

El momento más importante en la historia de La Vinotinto llegaría. La Copa América de Argentina 2011 sorprendió por tres razones. La primera y la segunda fueron: la eliminación en cuartos de final de Argentina y Brasil. La tercera y grata sorpresa: la cenicienta se convirtió en princesa.

Venezuela logró avanzar a los cuartos de final del certamen continental y el destino decidió que se enfrentarían a La Roja de este lado del charco, Chile. La Vinotinto partía con menos favoritismo y al parecer, con desventaja por el fútbol que desplegaba su rival.

Fue un encuentro lleno de emociones. Goles de Vizcarrondo y Cíchero llevarían a Venezuela a una victoria 2-1 ante Chile y a su primera semifinal de Copa América. El fanático vinotinto lo vivió como si hubiese ganado el trofeo. Lo que parecía imposible se había convertido en una realidad que asumió la selección de César Farías de la manera más seria posible... Querían más.

Paraguay sería el rival en semifinales. Un gol mal anulado para Venezuela le robaría el sueño de llegar a una final de Copa América. El partido llegó a la tanda de penaltis y la suerte estuvo del lado de los paraguayos. La Vinotinto fue mejor que su adversario, pero no le alcanzó para llegar al último partido.

En la Copa América de Argentina, Venezuela terminó en el cuarto lugar, tras perder en el partido por el tercer lugar ante Perú. El 2011 fue el año donde creció, se atrevió, dejó de soñar para hacerlo realidad; La Vinotinto cumplió y se convirtió en un equipo competitivo, capaz de jugarle de " tú a tú " a cualquier rival. Sólo faltaba cumplir el sueño mundialista.

El primer triunfo en la historia ante Argentina en eliminatorias, llenó a Venezuela de suma confianza; pero nuevamente la suerte no estaría de nuestro lado. Derrotas y pinchazos, lesiones y bajones físicos. La Vinotinto estuvo a dos partidos de clasificar al repechaje por un boleto al Mundial ante la selección de Jordania; que definitivamente Venezuela hubiese ganado sin sudar tanto, el empate en La Paz justo en el último instante de aquel partido y la derrota en casa ante Uruguay fueron la cruz venezolana.

Se hizo todo para clasificar al Mundial. Faltó madurez y fuerza mental, faltó un sistema de juego más rico y no resignarse a un crudo juego en el que predominaban los pelotazos, juego aéreo y uno que otro tiro libre de Juan Arango. Los únicos que deben asumir la culpa son los federativos y el cuerpo técnico, únicamente por la eliminación.

Fue el mencionado grupo de directivos y entrenadores quienes brindaron a Venezuela la oportunidad de trascender. Ha sido un camino muy largo, llenó de baches y proezas. La Vinotinto debe seguir trabajando demostró ser una más de las eliminatorias, un rival complicado y una pierda en el zapato para las selecciones. Se cumplió con todo lo que se debe hacer para llegar a una Copa del Mundo y aunque esté tan lejos Rusia, cumplir el sueño mundialista está más cerca de lo que nos imaginamos.
Guy Acurero